Hay algo que me encanta en particular de la moda: es kinestésica, involucra la experiencia de relacionarte con ella a través de los sentidos. Pero déjame explicarme mejor a partir del último controversial lanzamiento de Adidas: sus tenis basados en la silueta Superstar inspirados en conchas (sí, conchas, esas que todos hemos desayunado alguna vez, esas que nos hacen salivar si las imaginamos junto a una taza de café de olla).
En términos estéticos, los tenis-concha de la firma deportiva no son algo que me pondría. Pertenecen a esa tendencia que comenzó a denominarse ‘ugly’ y que se popularizó para los tenis cuando Balenciaga presentó sus robustos Triple S en 2017. A siete años de aquel suceso, los tenis ‘feos’ ya han encontrado otras formas de diseño y, al parecer, cada vez son más originales.
Como indicaron varios titulares en diversos medios cuando se dieron a conocer las imágenes de estos tenis: los amas o los odias. Mis ojos odiaron lo que vieron, pero debo admitir que siento curiosidad: las fotos planeadas a manera de un bodegón dentro de una panadería me hacen sentir la imperiosa necesidad de tocarlos para saber si Adidas los hizo tan suaves como una concha recién hecha. A esto me refería con la moda kinestésica aunque, claro, difícilmente olerán a una concha de chocolate, fresa o vainilla (los tres ‘sabores’ que diseñó la marca).
Lo cierto es que, para coleccionistas de tenis o para quienes realmente están interesados en qué hay más allá de la multitud de productos con los que las casas de moda nos bombardean todos los días, no importa si unas zapatillas como estas son feas o bonitas (algo que, de por sí, es muy subjetivo). Es mucho más interesante lo que hay detrás de ellos. ¿Por qué Adidas lanzaría unos tenis concha así como si nada? No es la primera vez que se vale de la comida mexicana para crear nuevos diseños, el año pasado lanzó una colaboración con la taquería Orinoco, sin embargo, el valor de este tipo de lanzamientos lo encuentro en tres ámbitos: lo que representan en plena era de la viralidad, en términos de tendencias y su valor como pieza de colección. ¿Demasiado subtexto para unos simples tenis? No y veamos por qué.
Esto es muy parecido al monólogo del suéter cerúleo que Miranda Priestly recita en The Devil Wears Prada: ninguna elección nos exenta de la industria de la moda, incluso si decides comprar estos tenis solo porque eres amante de las conchas. En un momento cultural como en el que vivimos, las prendas o accesorios son más que eso, representan una experiencia; el autor británico Alec Leach, lo explica en su libro The World Is On Fire But We're Still Buying Shoes: ‘En la era del hype, la ropa no es solo un producto para adquirir, son momentos para lucir, para compartir en Instagram durante 24 horas. Están aquí, luego ya no. Son más memes que productos’. Así que no será extraño que mi feed y tu feed de Instagram o TikTok se inunde de estos zapatos híbridos entre concha y tenis.
En segundo lugar, está el romance que la moda tiene con la comida. En 1937, Elsa Schiaparelli diseñó un vestido con una langosta pintada en colaboración con Salvador Dalí, y esa es solo una referencia, porque podría seguir encontrando conexiones entre las pasarelas y la comida hasta llegar a los bolsos de brócoli que Collina Strada presentó en su temporada Primavera-Verano 2023; o los vestidos con gelatinas de Gucci en su Crucero 2024.
En una entrevista para la publicación gastronómica, Delish, Melissa Marra-Alvarez y Elizabeth Way, curadoras de la exhibición Food and Fashion en el museo del Fashion Institute of Technology, explican que esta relación tan larga se traduce en una forma de reflejar prosperidad económica o escapismo. ¿Quién no quiere huir de la realidad aunque sea por un momento hoy en día? El mundo parece un lugar mejor cuando veo a esas personas que se arriesgan a expresarse a través de las piezas más inesperadas, la primera persona a quien vea con los tenis concha en la calle, me arrancará una sonrisa.
Por último, hablemos de lo que estos tenis significan para los coleccionistas, quienes conocen mejor que nadie cómo las zapatillas deportivas están enlazadas al mundo del deporte, de la música, del cine y ahora hasta la gastronomía; para muchos, ahí radica el valor de un par, en su unicidad a partir de lo que representan. Un coleccionista podrá entender que, si en 2022 Balenciaga hizo un bolso inspirado en Lay's, una de las marcas de frituras que más resuena en la cultura pop de Estados Unidos, unos tenis inspirados en conchas pueden ser un buen equivalente mexicano, sobre todo en tiempos en los que se está rescatando el valor de sabores callejeros de nuestro país a gran escala, basta con ver programas en Netflix como La divina gula o Crónicas del taco.
Es difícil no ver con cariño estos curiosos tenis, después de todo, una concha es el clásico pan que todos los mexicanos amamos, sí o sí tenemos una memoria con él (en mi caso, es el primer pan dulce del que tengo recuerdo). Pueden generar dudas estéticamente, pero es muy fácil quererlos al mismo tiempo, después de todo, ¿quién no ama una concha recién horneada por las mañanas?
